Lo que queda
0 Comentarios Publicado por Kurakensama's External Plugin :: lunes, enero 16, 2006 :: 12:33 p.m..
Al subir a la camioneta después de votar, veo a Lorena en el asiento de copiloto de un auto, hablando por celular. No me ve, aunque le hago señas. Se ve bien, pienso, mientras recuerdo a esa niña regordeta con jumper. Y una tormenta de recuerdos se desata en mi interior; recuerdos que duelen, no por lo que sucedió, sino por lo que después no sucedió.
Ustedes, estimados lectores míos, sabrán a estas alturas que recordar el colegio me causa, por lo bajo, angustia. Esta vez no fue así. Recordé a mis amigos, hermanos y hermanas de alma, unidos por el arco pero separados en nuestras trayectorias, solitarias flechas, hasta el punto en que somos irreconocibles unos con otros. Ver a pendejas incólumes como Alejandra convertidas en seria y eficiente ejecutiva de banco me deja en shock. Sin embargo, ésta es la parte fácil del asunto. Pensar y pensar y pensar en Aleja, Chino, Carolina y Yuyo no me ha servido para tenerlos cerca. Desterrarlos de mi mente no me ha servido para olvidarlos y mucho menos para quererlos menos.
Soy una persona de trato un poco árido y quizás un poco pesada, cosa que me he esmerado en recalcar. No tengo intenciones de ser el niño simpático, aunque en realidad creo que no es difícil ser amigo mío. Siguiendo mi filosofía, es que he cometido muchos errores. Y en este punto, a pesar de mi posición “oficial” al respecto, es donde me arrepiento de todas esas llamadas que no hice, visitas que no realicé, cartas que no envié, mail’s que perdí, teléfonos que olvidé, citas a la que no acudí, cariños que no efectué, besos que no di, matrimonios a los que no fui.
Este humilde escrito está dedicado a Aleja Gutiérrez (ma true partner 1), Chino (true partner 2), Pete (true partner 3), Hueso, Rodrigo Zúñiga (amigo de siempre, no fue mi intención no ir a tu matrimonio), Carolina Nuñez (te quiero y te admiro, y quiero conocer a tu hija), Judith Herrada (mi Yuyo, mi querida Yuyo, tan fácil de querer, tan difícil de encontrar, tan imposible de olvidar), Alejandra Miranda, Daniela Guajardo, Jorge Martínez, Carolina Campos (de revolucionaria a mamá, impresionante), Jorge San Martín, Patricio Gilbert, Magdalena Couchot, Marcela Carrasco, Lorena Abarca, Loreto González (te acuerdas de “¿la bruja Cecilia?”; te vi el otro día y no te reconocí), Anita María -que se casó en España!!! Y ahora vive en Canarias. Envidia. (claro, ahora que no vas a la piscina conmigo, te bañas en topless )-, Lucía Escalante (estupenda ella, cada vez más), Cristian Gamboa (da Doctor), Claudio Contreras, Jorge Armijo (cabo Armijo, la última vez que lo vi), Rodrigo Toledo, etc., y a todos aquellos amigos míos que no aparecen acá y cuya amistad es lo que me ha quedado una vez recorrido el camino. Un pedacito de mi corazón siempre estará con ustedes, estén donde estén. Los quiero a todos.
Ustedes, estimados lectores míos, sabrán a estas alturas que recordar el colegio me causa, por lo bajo, angustia. Esta vez no fue así. Recordé a mis amigos, hermanos y hermanas de alma, unidos por el arco pero separados en nuestras trayectorias, solitarias flechas, hasta el punto en que somos irreconocibles unos con otros. Ver a pendejas incólumes como Alejandra convertidas en seria y eficiente ejecutiva de banco me deja en shock. Sin embargo, ésta es la parte fácil del asunto. Pensar y pensar y pensar en Aleja, Chino, Carolina y Yuyo no me ha servido para tenerlos cerca. Desterrarlos de mi mente no me ha servido para olvidarlos y mucho menos para quererlos menos.
Soy una persona de trato un poco árido y quizás un poco pesada, cosa que me he esmerado en recalcar. No tengo intenciones de ser el niño simpático, aunque en realidad creo que no es difícil ser amigo mío. Siguiendo mi filosofía, es que he cometido muchos errores. Y en este punto, a pesar de mi posición “oficial” al respecto, es donde me arrepiento de todas esas llamadas que no hice, visitas que no realicé, cartas que no envié, mail’s que perdí, teléfonos que olvidé, citas a la que no acudí, cariños que no efectué, besos que no di, matrimonios a los que no fui.
Este humilde escrito está dedicado a Aleja Gutiérrez (ma true partner 1), Chino (true partner 2), Pete (true partner 3), Hueso, Rodrigo Zúñiga (amigo de siempre, no fue mi intención no ir a tu matrimonio), Carolina Nuñez (te quiero y te admiro, y quiero conocer a tu hija), Judith Herrada (mi Yuyo, mi querida Yuyo, tan fácil de querer, tan difícil de encontrar, tan imposible de olvidar), Alejandra Miranda, Daniela Guajardo, Jorge Martínez, Carolina Campos (de revolucionaria a mamá, impresionante), Jorge San Martín, Patricio Gilbert, Magdalena Couchot, Marcela Carrasco, Lorena Abarca, Loreto González (te acuerdas de “¿la bruja Cecilia?”; te vi el otro día y no te reconocí), Anita María -que se casó en España!!! Y ahora vive en Canarias. Envidia. (claro, ahora que no vas a la piscina conmigo, te bañas en topless )-, Lucía Escalante (estupenda ella, cada vez más), Cristian Gamboa (da Doctor), Claudio Contreras, Jorge Armijo (cabo Armijo, la última vez que lo vi), Rodrigo Toledo, etc., y a todos aquellos amigos míos que no aparecen acá y cuya amistad es lo que me ha quedado una vez recorrido el camino. Un pedacito de mi corazón siempre estará con ustedes, estén donde estén. Los quiero a todos.
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