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Un ejercicio recomendable para combatir el bloqueo de escritor, según los productores de Hollywood, es escribir la primera cosa que se te atraviece por la cabeza. Así es como hemos obtenido inolvidables clásicos de la pantalla como Terminator, Seinfeld y La Isla de Gilligan. El problema, por supuesto, ocurre cuando el bloqueado es el editor del diario matutino.

Ok, ok, sé que en realidad el editor de LUN no está bloqueado, sino que en realidad tan sólo sigue la línea editorial al publicar los reportajes "Loquitas por el Chino", "¿Lilian, cara de vieja?" y por supuesto noticias imprescindibles como "Mónica Godoy: 'No me interesa ser la fantasía sexual de los hombres'" (ver edición del 7/9/06). LUN hace rato que dejó de ser un diario respetable y se convirtió en la televisión de los que no pueden ver televisión todo el día. Se alimenta del SQP de ayer para que en SQP tengan algo que decir mañana. Nada de esto es nuevo. Y, lamentablemente, se olvida que éste es el diario más leído del país.

Chilenos, ¿qué estamos leyendo?¿Porqué dejamos que nos contaminen el cerebro así? LUN atenta activamente con las posibilidades de crecimiento intelectual de todos sus lectores, perpetuando la idiotez y, lo que en el fondo debe preocuparnos, atando a sus lectores al círculo de la pobreza al coartar sus posibilidades intelectuales. Y ese no es su único pecado. Hace unos días un futbolista atropelló a un cabo de ejército. Tres planas sobre el futbolista y una nota al pié de página sobre el cabo muerto. La verguënza de un deportista es más importante que la vida de un servidor público.

Lamentablemente, LUN es como los dulces que la mamá le decía a uno que no comiera mucho. El problema es que el país ya no tiene una mamá que se preocupe por nuestros dientes; se nos pudren de tanto consumir golosinas, cosas que no alimentan. LUN le da a la gente lo que ésta quiere leer, jamás lo que NECESITA saber.

¿Y qué podemos hacer con esto? Convirtamos el bloqueo de editor en un bloqueo de lector, de cuidadano responsable. No leamos LUN, no veamos SQP, ignoremos a Pamela Díaz y a sus rivales, olvidemos a Ropdrigo Danús (¿porqué conozco ese nombre?). Necesitamos mantener nuestra higiene audiovisual. Hay mucha televisión y lectura de calidad allá afuera.